Es cuestión de costumbre. Ninguna de las actitudes que enunciamos a continuación es difícil de llevar a cabo, y combinadas ahorran importantes recursos, daño ambiental y dinero. Solo hay que ponerse manos a la obra e incorporarlas en la rutina diaria.
• No compre pequeños electrodomésticos para realizar operaciones que sea fácil hacer a mano, como los abrelatas.
• Apague los aparatos eléctricos y desconecte los que no tienen interruptor cuando no se estén utilizando. Esto incluye los reguladores de voltaje.
• Seleccione, en función de sus necesidades, la capacidad de los equipos que compre. Por ejemplo, una pantalla grande de computadora consume mucho más que la estándar de 12 pulgadas. Algunos electrodomésticos pueden tener un consumo superior al de un refrigerador (ej. secadores de pelo, micro-ondas, aspiradoras...).
• Utilice todos los aparatos eléctricos de acuerdo con las recomendaciones de uso, mantenimiento y seguridad que aconseja el fabricante.
• No deje encendido innecesariamente el equipo cuando no lo esté utilizando, pues todos sus componentes estarán gastando energía (CPU, monitor, impresora, etc).